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LA PIEDRA NEGRA
"La Pietra nera o Piedra de Palermo es una pequeña losa con jeroglíficos donada por el señor Ferdinando Gaudiano al Museo Archeologico Antonio Salinas de Palermo en mil ochocientos setenta y siete. Se trata de una piedra de diorita negra, de un fragmento de inscripción jeroglífica que contiene los anales de las cinco primeras dinastías del antiguo reino de Egipto. La quinta dinastía va del cuarto al quinto milenio antes de Cristo y no creo equivocarme si afirmo que, aun cuando crece el papi-ro en Sicilia, como civilización los egipcios nunca estuvieron en esta isla, cuyos habitantes no son, al menos directamente, descendientes de los faraones ni de alguna de las doce tribus de Israel que se anclaron ahí. De hecho, los egipcios no fueron colonizadores a la manera de Grecia, Persia, Cartago y Roma y, en consecuencia, no fueron grandes conquistadores.
Tal vez un día un curioso viajero fenicio fue a Egipto, en donde robó o cambió la pietra nera por unas monedas y luego la vendió en Sicilia a un comerciante, o a un cantero que no supo sacarle utilidad alguna y la arrumbó. O quizá la piedra llegó a esta isla en el talego de un navegante griego proclive al tráfico de esclavos y poco amigo de las actividades escultóricas. De la misma manera que el obelisco de la plaza de la Concordia de París no es francés, ni el de Estambul (¿por qué ya no Istambul?, como escriben los turcos y escribíamos nosotros en una época en que teníamos respeto por los otros) es turco, la piedra negra que está en un cuarto (no en una sala) del Museo Archeologico de Palermo no es siciliana. Se trata de una joya sin valor histórico local, pero la percibo como una especie de acta de fundación simbólica de Sicilia, como un omphalos siciliano.
Es el testimonio de un origen legendario que, como todos los orígenes, se pierde en el laberinto de los tiempos. Es el mito, que es a la vez el cero y el infinito, como leí quizá en algún libro de cuyo nombre no puedo (o no quiero) acordarme. Es el cero y el infinito al mismo tiempo porque los grandes hechos del pasado mítico, del que dan cuenta objetos como la piedra negra, resucitan en las invenciones de un presente que sueña el porvenir (Michelet). Depositarios de un legado múltiple al que no siempre tienen acceso, los sicilianos han convertido los designios de sus ancestros en esas grandes obras del espíritu que en diversos ámbitos (literatura, pintura, cine, ciencia, música) se han reproducido sin cesar. Ese legado es, pues, diverso, y en él no se encuentra la supuesta fuerza de una superflua identidad. Sí, en cambio, el de una magnífica identificación con lo disímil, que es único y, por lo tanto, universal.
El autor propone un placentero recorrido por lugares notables y atractivos de Sicilia, por su historia y su actualidad, en una narración absorbente, llena de curiosidades y descubrimientos sobre la humanidad.
Una interesante manera de conocer la idiosincrasia de esta hermosa región de Italia, que no es sólo historia y arqueología, sino geografía espectacular, literatura, gastronomía y tradiciones. Una joya del sur italiano.
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| Mondello jjcfuentes.wordpress.com |
El paseo por la Sicilia de la piedra negra, es un reconocimiento a verdades más importantes y humanas que la Cosa Nostra, con la que la literatura, el cine y la memoria colectiva han marcado a esta región italiana.
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| Catania-Sicilia www.peatom.info |
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| Villa Palagonia en Bagheria pti.regione.sicilia.it |
El barroco siciliano fue distintivo de la arquitectura barroca que se desarrolló en la isla de Sicilia, durante los siglos XVII y XVIII. El estilo se reconoce no sólo por sus típicas curvas y florituras barrocas, sino también por sus máscaras sonrientes y "puttis" con la particular extravagancia que le ha dado a Sicilia una identidad arquitectónica única. En Villa Palagonia en Bagheria, se encuentra la belleza barroca que Julián Meza menciona en este vibrante texto.
Después de visitar Sicilia la piedra negra, querer pasar de la literatura a la realidad se convierte en urgencia.
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